Cómo funciona el mercado eléctrico

¿Cómo funciona el mercado eléctrico?

Por el simple hecho de que el encender cualquiera de las luces de nuestra casa no se nos hace un gran esfuerzo, no somos totalmente conscientes del complejo trabajo que conlleva que se prenda ese bombillo o equipo electrónico que usamos a diario.

Algo que puede ayudar a desenmarañar este proceso, y hacerlo comprensible en gran parte, es el comenzar por definir lo que conforma el sector eléctrico español. España genera un porcentaje muy bajo de potencia eléctrica a nivel europeo y esto debería conllevar a que se hable también de cómo funciona el mercado eléctrico.

¿De qué se encarga el sector eléctrico?

Las actividades del sector eléctrico español se pueden dividir en etapas por las cuales cada tipo de mercado (regulado y libre) hacen su parte correspondiente para llevarlas a cabo. Las centrales de generación de energía, bien sea renovable o no, están a cargo del mercado libre.

Luego, esa energía que sale se eleva en voltaje para ser transportada a muy alta tensión y el ente que gestiona este proceso es la Red Eléctrica de España (REE). Dicha institución es la dueña de toda la infraestructura (cableado, torres eléctricas, etc) que regulan el viaje a largas distancias del suministro necesario. Por ende, esta parte entra en el mercado regulado.

Ya cuando la electricidad se acerca a los puntos de consumo, estaciones de transformación disminuyen su voltaje para que posteriormente se pueda distribuir garantizando su calidad. Las instalaciones de distribución también se manejan en el mercado regulado por lo que toman la medida eléctrica del contador que tenemos en nuestra vivienda.

Lo siguiente es cuando entran en juego las comercializadoras de energía. Muchas trabajan dentro del mercado libre y funcionan como el enlace final entre el cliente y la potencia energética que quiera adquirir.

Estas empresas compran la energía al Operador del Mercado Ibérico Español, el cual organiza la compraventa y es el punto de encuentro entre compañías eléctricas y productores de la misma.

Funcionamiento del mercado eléctrico

Como se puede apreciar hasta ahora, las comercializadoras compran la energía y ya que se manejan en un sistema libre, tienen la libertad de marcar el precio en sus tarifas. Pero antes deben entrar al pool de ofertas de electricidad con los productores.

Cada día llueven de ambas partes involucradas, listas de precios por cada hora y por medio del algoritmo EUPHEMIA, se ordenan para crear las curvas de intersección de oferta y demanda. Es en ese punto donde quedará marcado el coste diario al que la comercializadora debe añadir las demás cifras que completan la factura que cobrará al consumidor.

Este tipo de subasta es un mercado marginalista, es decir, aunque un productor haya establecido un precio de venta, recibirá el del último que esté en la demanda. Es así como el coste termina siendo más elevado en la mayoría de casos.

Además, existe un oligopolio que controlan unas cuantas empresas, principalmente en el mercado regulado, donde están cinco compañías que deben ofrecer las mismas tarifas y monopolizan un 90% del comercio eléctrico.

Comprender en su totalidad esta estructura mercantil permite caer en cuenta de que gran parte del contenido que leemos en nuestro recibo de luz son costes regulados que poco o nada tienen que ver con la subida o bajada de los precios que se ha explicado anteriormente.

Al final, aunque sea una práctica criticada, no influye significativamente en los altos costos que vienen en aumento con el pasar del tiempo. Es mucho más lo que deriva asuntos como el clima y el tipo de materia prima que se utiliza para generar la electricidad.

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